Esta semana conversamos con Alfons Cornella, fundador de Curiosity Atelier, Institute of Next, Infonomia y co-creador del proyecto Edgers, uno de los máximos referentes de innovación de España y promotor de la curiosidad en las organizaciones. Su carrera se ha enfocado en estimular a personas a hacerse preguntas y reconoce que la curiosidad es un pilar fundamental en el progreso humano. Desde la pandemia ayuda a las organizaciones a adaptarse mejor a contextos cambiantes, a través del entrenamiento de la curiosidad de sus equipos. Escucharlo es un atajo de 10 años, no te lo pierdas.
¿Cuáles son los retos de intentar desarrollar la curiosidad en las organizaciones?
El principal reto radica en comprender que la curiosidad no es algo trivial, sino que puede ser una ventaja competitiva crucial. En los últimos años, ha habido un creciente interés internacional en esta idea del “Curiosity Manifiesto” y la curiosidad como ventaja competitiva.
A nivel corporativo, hemos observado que todavía estamos en las primeras etapas. Las organizaciones a menudo se centran en herramientas y metodologías para resolver las tareas diarias, en lugar de fomentar la curiosidad y el pensamiento abierto. Es esencial cambiar esta mentalidad y permitir más libertad para pensar de manera más abierta.
Al igual que con la innovación en el pasado, la curiosidad también necesita ser reconocida como un motor esencial para el cambio. Sin curiosidad, la innovación no es posible. A medida que más países adopten este enfoque, espero que la curiosidad se tome con más seriedad en el ámbito corporativo en un futuro cercano.
¿Cuál es el vínculo entre la curiosidad y el aprendizaje?
Los neurocientíficos han investigado este tema. Aprendemos mejor cuando nuestro deseo de aprender surge de una pregunta. Si solo recibimos respuestas sin tener la pregunta, es difícil retener la información. En cambio, cuando tenemos una pregunta, una inquietud o una duda, y cuanto más fuerte sea esa duda, más interés tenemos en obtener la respuesta y la asimilamos mejor.
La definición más útil de la curiosidad, que se ha mantenido durante 2,000 años desde Aristóteles, es el “deseo de saber o de conocer”. Este deseo es esencial porque motiva a dedicar tiempo y energía a aprender y abrir la mente. Nada obstaculiza más el aprendizaje que obligar a aprender algo que no interesa. Aprendemos mejor a través de la acción y, sobre todo, a partir de preguntas. Esto plantea un desafío importante al sistema educativo, que debería enfocarse en estimular preguntas en lugar de simplemente dar respuestas sin que existan preguntas. Es necesario cambiar la perspectiva educativa en este sentido.
¿Cómo abordan la curiosidad en tus programas?
La estimulación de la curiosidad en nuestros programas se basa en varios principios clave. En primer lugar, es importante reconocer que la curiosidad ya existe en las personas de la organización. Algunas personas son naturalmente más curiosas que otras, y eso es normal. El primer paso es no sofocar la curiosidad de quienes ya la tienen, evitando castigar a las personas curiosas, lo cual ocurre con más frecuencia de lo que imaginamos.
La siguiente estrategia se basa en el concepto de que la curiosidad de un grupo u organización no es simplemente la suma de las curiosidades individuales. Es necesario crear un entorno multiplicativo donde la curiosidad de uno inspire a otros, fomentando una cultura de la curiosidad. Esto implica crear contextos donde las personas puedan hacer preguntas inusuales o fuera de lo común sin temor a represalias, como un espacio de juego donde puedan experimentar.
Un elemento clave es premiar la actitud curiosa en lugar de castigarla. En el ámbito organizativo, es esencial comprender que la curiosidad lleva tiempo y que los resultados no son instantáneos. Esto requiere equilibrar la necesidad diaria de eficiencia con un espacio donde se cuestione el guión establecido. Aún no existe un conjunto específico de reglas para lograr esto, pero estamos trabajando en desarrollar una comprensión más profunda de cómo fomentar la curiosidad en las organizaciones.
¿Cómo se mide en resultados la curiosidad?
En nuestro enfoque, a menudo no seguimos el modelo tradicional de reuniones de resultados, ya que la curiosidad es un proceso diferente. Los elementos que consideramos como indicadores de progreso son diversos. Por ejemplo, medimos si se han introducido nuevas ideas en el sistema, lo que es un indicador de que las personas están comenzando a hacerse preguntas.
Las métricas se pueden dividir en dos tipos: métricas de entrada (input) y métricas de salida (output). Las métricas de entrada son más fáciles de medir y se centran en estimular a las personas de la organización a hacerse preguntas, así como en la calidad de esas preguntas.
En cuanto a las métricas de salida, como su nombre indica, se relacionan con los resultados finales, lo cual es más complicado de medir, y a menudo, no es necesario buscarlas de inmediato. La curiosidad tiene un período de incubación largo, y no siempre se traduce en resultados inmediatos. Es más como una condición de partida necesaria para la innovación y la mejora del negocio, pero no es suficiente por sí sola. Es difícil vincular directamente la curiosidad con los resultados empresariales, y es probable que tarde en desarrollarse mecanismos más automáticos para medir esto.
Si tuvieses que volver a empezar ¿qué harías diferente?
No cambiaría mucho de la forma en que abordé proyectos arriesgados que no buscaban retornos inmediatos. Al hablar de innovación hace 25 años o embarcarme en proyectos como Edgers, el enfoque modesto en recursos nos permite ser audaces. Aunque podría haber dedicado más esfuerzos para dar a conocer nuestros proyectos, a veces, la suerte y un elemento de magia intervienen. Mi responsabilidad siempre ha sido transmitir lo que considero importante, sin buscar un impacto personal, aunque corregiría esto para enfocarlo en lograr una mayor visibilidad para nuestros proyectos. Estos se centran en estimular la curiosidad y la innovación, promoviendo la curiosidad como motor esencial para el aprendizaje, la mejora y la innovación
¿Cual es tu WHY o tu propósito?
Mi principal motivación es tener un impacto y ser de utilidad. Quiero que las herramientas que creamos, las experiencias que construimos y los eventos que organizamos sean beneficiosos para las personas. Busco que cada día termine con la sensación de que he aprendido algo nuevo, he hecho algo que no había hecho antes y que ha sido útil para alguien. Mi métrica no es el lujo material, como un Porsche o viajar constantemente, sino la responsabilidad de mejorar la forma en que hacemos las cosas en un mundo que no está en su mejor momento.
No puedo abdicar de la responsabilidad de contribuir a que las organizaciones y el mundo funcionen mejor, lo que a su vez influye en la felicidad de las personas. La curiosidad es un enfoque importante para mí, porque es lo que nos mantiene vivos. Creo que impulsar la curiosidad es esencial para mantenernos activos, con vitalidad y deseos de seguir viviendo.
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